Al finalizar cada escuela menesiana reafirmamos la certeza del accionar de Dios en medio de ella. Dios pasa por las personas que realizamos la escuela. De Dios hacemos experiencia en la escuela. La escuela menesiana es una gracia para muchos de los que hacen la experiencia. Bendito sea Dios, una vez más.
Este año la escuela menesiana tuvo un toque diferente, un toque diferente pues participaron 6 educadoras chilenas y el Hno Joaquín, además de los educadores de cada una de las obras de Argentina y Uruguay. En este año es de destacar la participación de Maldonado al igual que de Bialet. Gracias gente!
Algunos decían que la escuela les significó lo siguiente:
“Logró sorprenderme y el poder sacar dentro de mí sentimientos, emociones, recuerdos que eran tan propios, tan míos y poder compartirlos con personas que parecían desconocidas y eran tan cercanas tan afines porque al fin somos una gran Familia”
“Alegría… mucha. Aliento a mayor compromiso. Ganas de compartirlo al regreso escolar”
“Una renovación, un cambio de visión en aspectos como el aula y las relaciones educador- educandos”
“Me voy renovada, como un cántaro lleno de Dios para poder volcarme en mi trabajo con los chicos”
“Fue una experiencia vivida intensamente donde pude encontrarme conmigo misma y empaparme del carisma. Ganas de avanzar, de crecer y seguir contribuyendo desde lo que yo puedo entregar en mi comunidad”
“Venía con la idea de resistir y los momentos me llevaron a disfrutar”
“Confirmación, compromiso, movimiento”