Durante este tiempo la creatividad se ha agudizado para seguir encontrándonos y celebrando la vida, la vida de Quien tiene la última palabra.
El confinamiento, más estricto en algunos lugares y menor en otros, imposibilitó encuentros de piel, pero no nos impidió encontrarnos virtualmente, gracias a las múltiples plataformas y/o redes sociales.
Se agradecen las distintas iniciativas que tienen como finalidad celebrar la vida del resucitado que sigue haciéndose presente en nuestras vidas de múltiples maneras. Juan María nos recuerda que cuando los lazos que tejemos son significativos ni la misma muerte los romperá, menos el confinamiento. Que así sea.
Gracias por percibirnos «en modo Familia Menesiana».
