Escuela Menesiana

Promover la fraternidad

Misión de la Escuela Menesiana (Mensaje del Hno Hervé, Superior General)

Es para mí una gran alegría poder saludaros, a ustedes, Directivos. Estoy muy contento de pasar este momento con ustedes. Les traigo el saludo de todo el Consejo General de la Congregación.

En primer lugar, quiero darles las gracias por todo lo que hacen para continuar la obra de Juan María de la Mennais aquí, en el Distrito Divina Providencia. Gracias por ser los guardianes de esta hermosa tradición educativa que nos legó nuestro Fundador.

La escuela deseada por nuestros Fundadores Jean-Marie de la Mennais y Gabriel Deshayes es una escuela que promueve la fraternidad aprendiendo a vivir como hermanos y hermanas. Es una escuela donde todos están atentos a las necesidades de todos y viven en proximidad con todos los miembros de la comunidad educativa (alumnos y sus familias, personal docente y no docente, personal administrativo). Es una familia donde se cuida de los más débiles y frágiles.

Promover la fraternidad significa vivir la fraternidad en su triple aspecto:

1- Recibir la fraternidad como un don

En una escuela menesiana, recibir la fraternidad como un don significa promover los valores de confianza y respeto entre los alumnos y entre vosotros mismos. Para favorecer la confianza, germen de toda cultura de la fraternidad, Jean-Marie de la Mennais fomenta el conocimiento mutuo, esa paciente doma que permite ir al otro sin miedo, “e incluso con una especie de alegría” que tranquiliza, valora y calma (CG III, 486). Así, cuando conozco a mi vecino de barrio o de piso, a mis alumnos, a mi hermano, contribuyo a hacer más fraterno mi entorno. En cuanto al valor de promover el respeto, nuestro Fundador nos recuerda que la dulzura es la mejor manera de educar bien a los niños y jóvenes. Así, cuando me esfuerzo por ser amable con los que están cerca de mí, estoy contribuyendo a la construcción de un mundo más respetuoso y fraterno.

2- Compartir la fraternidad

En una escuela menesiana, compartir la fraternidad significa promover los valores del encuentro y del cuidado. Para promover esta cultura del encuentro, Juan María nos invita a desarrollar “un corazón verdaderamente católico”. Esto nos permite ver a aquellos con quienes trabajamos como “hermanos” y no como “competidores” (E II, 645). Así, cuando me esfuerzo por abrirme al otro, hago que mi entorno de vida sea más fraterno. En cuanto a la promoción del valor de la atención, nuestro Fundador nos invita a estar siempre presentes a los niños y jóvenes a nuestro cuidado. Así, cuando practico esta atención benevolente que busca libremente el bien del otro, estoy promoviendo una cultura de fraternidad en mi ambiente de vida o misión.

3- Ofrecer fraternidad

En una escuela menesiana, ofrecer fraternidad significa promover los valores del testimonio y la empatía. Para nuestro Fundador, la enseñanza más eficaz es el testimonio (S I, 47). La credibilidad permite educar en la fraternidad por ósmosis, por atracción, por admiración y por contagio. Así, cuando me entreno para ser creíble en mis relaciones con los demás y para abrir los brazos a todos, construyo un mundo más fraterno a mi alrededor. La empatía es ese amor que tiene sabor a compasión y dignidad. Este amor nos enseña a ser prójimos sin fronteras. Por eso, cuando respondo a quienes piden mi ayuda, estoy poniendo mi granito de arena para construir una fraternidad más universal.

Les animo a seguir sembrando muchas semillas de fraternidad y esperanza. Germinarán y crecerán en el tiempo de Dios. Esta es nuestra contribución al advenimiento de un mundo más fraterno, más justo y más respetuoso con los demás.

Están llamados a algo grande. Vivan su hermosa y noble misión con alegría y pasión, disponibilidad y generosidad.

Hno Hervé Zamor,
Superior General

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