Después de casi un mes de discernimiento y búsqueda fraterna hemos consagrado a María, en Santa María la Mayor, la Familia Menesiana y en ella a la Congregación de los Hermanos Menesianos para que siga siendo fiel a las intuiciones iniciales de los Fundadores.
Luego en casa vivimos la clausura del proceso capitular. Proceso fraterno y rico en compartires y escuchas. El mensaje del Hno Superior General nos impulsó a más vida, especialmente, de la mano de la nueva Regla de Vida.
Volvemos a casa, cada uno, con el corazón y el espíritu henchido.
Que el Señor nos regale la gracia de contagiar y testimoniar lo vivido, experimentado y celebrado como cuerpo congregacional.