La profundización en la espiritualidad menesiana nos llevó a encontrarnos en Uruguay para seguir haciendo camino.
El viernes fue el espacio tiempo para el diálogo, el reencuentro y el tomar contacto con la realidad del Dionisio. Allí compartimos un momento con los niños y con los adolescentes. Luego conocimos algo de la zona.
El sábado fue destinado a mirarnos, a rezar con el camino recorrido, a percatarnos de los que nos había pasado durante estos meses, a caer en la cuenta lo que hicimos o le dejamos hacer y lo que no y también celebrar el caminar con otros (Eucaristía y fogón).
El domingo tiempo para proyectarnos sabiéndonos parte de un cuerpo.
Participaron miembros de las comunidades del Copello, La Mennais, Teodelina y Dionisio Díaz. Ausentes San Pablo.
El encuentro se disfrutó e hizo vibrar fibras internas.