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“Tiempo de DESPEDIDAS, tiempo para AGRADECER”

(Despedida Hno Oscar Ruiz - Regreso a España)

El Hno Oscar ha vuelto a la tierra que lo vio crecer y dar los primeros pasos, para seguir allí desplegando su ser Hermano en medio de sus Hermanos, los niños y los jóvenes donde el Señor lo convoque.

Decía que el tiempo de despedidas es tiempo para agradecer. Agradecimiento que le fue expresado, pero que entiendo, vale la pena escribirlo, porque es un ejercicio, como bien lo dice el Hno Josu, que nos ayuda a crecer, nos descentra, nos hace vivir desde otra lógica, nos posiciona de una manera más gratuita ante la vida y menos posesiva.

Gracias Oscar por tu testimonio como Hermano que se ha ido encarnando en la cultura local, te has dejado empapar pues te has esponjado, al punto que tus colegas educadores dicen que eres ‘más chileno que los chilenos’; disfrutabas de sus comidas y tradiciones y te molestaban, en algunas instancias, las charlas de allende los mares y para colmo no podías disimularlo.

Gracias por tu servicio desplegado en la formación menesiana, en especial, en las etapas de postulantado y noviciado, aunque los frutos no fueron los que algunos esperábamos, seguramente esos jóvenes han continuado su camino mejores que cuando iniciaron el proceso, y eso no tiene precio y se agradece. 

Gracias por tu compromiso con la Vida Religiosa chilena, por tu dedicación a la formación de formadores y al acompañamiento personal de religiosos y religiosas. Gracias por formarte para servir y servir mejor.

Gracias por tu pasión por la literatura, el lenguaje, la lectura; sabemos que disfrutabas visitar librerías en Santiago y allí las horas se te volaban, como a otros se nos vuelan en otros focos de interés.

Gracias por tu paciencia para con los alumnos a los que más les contaba, por explicar y volver a explicar.

Gracias por dedicación amorosa a la cocina, por las miles maneras de presentar el arroz y cuánto más picante mejor.

Gracias por tu oración centrada en la Palabra, por recurrir a la gráfica, al dibujo, a la pintura como manera de interiorización, ¡si tu Biblia hablara! Ese es el método que encontraste para degustar la Palabra, quiera Dios que cada uno de los demás potenciemos el nuestro o lo descubramos, si no lo tenemos. Digo gracias Oscar y vuelvo a mirar al cielo y me viene el texto de Jueces 7, 1-25 donde Dios le habla a Gedeón y le expresa que lo ayudará a derrotar al enemigo, pero quiere que quede claro que él es el dador de la victoria. Quiero creerle, pero me cuesta confiar en que la obra es de él y que lo importante no es el número, sino la humildad, dirá Juan María de La Mennais.

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