Los jóvenes de 5to año del Colegio Cardenal Copello vivieron su último campamento en clave de encuentro que transforma y al servicio del Centro Dionisio Díaz… Fue un día completo donde prepararon juegos para los más chicos, almorzaron, escucharon la historia del niño Dionisio e hicieron voluntariado con los jóvenes del mismo. Ellos mismos nos cuentan cómo fue…
Durante nuestro campamento a Uruguay fuimos al centro Dionisio Díaz y compartimos una jornada con las más chicos y con jóvenes. Al principio no sabía qué esperar de este encuentro, porque a pesar de haber tenido experiencias parecidas antes, nunca se repite algo dos veces igual. A la mañana estuvimos con los chicos más chicos del centro, que nos recibieron de una manera muy especial. Todos estaban muy emocionados y felices de que estemos ahí con ellos y todos conectamos con algún grupo de nenes. Algunos jugaban al fútbol, otros a las escondidas, a la mancha, y yo particularmente estuve con una nena que nos hizo un recorrido por el centro, mostrándonos todo lo que tenían y después nos sentamos a jugar en la cocina, actuando como si estuviésemos en un restaurante. La verdad que todos los juegos que preparamos fueron muy bien recibidos y se notaba que todos estábamos disfrutando la mañana.
A la tarde nos tocó compartir con los jóvenes, que suelen ser mucho más cerrados con extraños, algo totalmente entendible porque yo también soy más tímida si no conozco a la otra persona, pero eso no nos impidió pasar una linda tarde. Apenas llegaron estuvimos charlando con ellos, y de manera natural nos iban haciendo preguntas y nosotros a ellos para poder saber un poco más de su vida. Algo gracioso que me pasó es que, al estar charlando, con algunas de mis compañeras y los chicos nos íbamos dando cuenta que había cosas que no decíamos igual, así que íbamos viendo qué cosas eran lo mismo o como le decían ellos o nosotros.
Creo que toda la jornada estuvo llena de emociones buenas. Estamos todos muy agradecidos por la oportunidad de haber ido, y por el recibimiento de todos los chicos y las autoridades del centro. Es algo que como curso tuvimos la suerte de compartir, además de que como personas nos llena un montón tener este tipo de experiencias con otros chicos como nosotros……
Pilar
La experiencia con los chicos del Dionisio nos abrió el corazón a todos. Desde la mañana con los más chiquitos que nos esperaban con ansias para jugar y divertirse, hasta los más grandes de la tarde, muchos de los cuales tienen nuestra misma edad. Ellos nos contaban como era su día a día y veíamos cuan diferente puede ser la vida de dos adolescentes pares a pesar de vivir los mismo valores menesianos. Además, tuve la oportunidad de poder caminar por la zona del Dionisio una experiencia que te abre mucho la cabeza y muy gratificante donde pudimos ver más de cerca cómo era la vida de los chicos y familias que viven ahí…
Coki
La verdad que es una de las partes más dulces de nuestra visita. Me parece muy tierno pensar con la emoción que se los veía, aunque no se si ellos sabían que nosotros también lo estábamos. Al medio día, había una nena que habíamos conocido. Cuando la va a buscar la hermana para irse se colgó de una de las chicas, e insistió con quedarse. Yo creo que eso define un poco lo que es el centro Dionisio para ellos.
Ellos van ahí porque quieren y les gusta. Se nota que tienen una relación muy linda con todos los que están a cargo. Hablaban de que a la tarde tenían pileta, o de cosas que habían vivido en los días anteriores. Además de ser un hermoso lugar, y más que equipado para abrirse a los chicos, por detrás lleva mucho amor, y creo que ahí está la magia del centro Dionisio.
Lucila