Después de un tiempo vivimos la soñada primera instancia de formación de formadores en nuestra casa madre. Allí todo se complotó para que ocurriera lo mejor para todos, porque somos amados, mirados y trabajados por Dios. Él nos hizo, por él existimos, en él nos movemos y en él somos.
Fue un tiempo de trabajo, mejor, de dejarnos trabajar por Dios y no estorbarlo, de nuestra parte. La experiencia fue intensa, espiritual, tocó fibra interna, movilizó, conectó con las profundidades de nuestro ser, fue menesiana porque fue humano-cristiana con color propio.
Entendemos que estos días se pusieron las bases sobre las que construir la formación. No hay formador que no se deje formar, modelar, conducir por el Espíritu… Las instancias de encuentro cambian, transforman, regalan preguntas, acompañan respuestas…
Gracias a todos y a cada uno por su compromiso con la misión menesiana y por querer seguir ahondando en lo esencial, la experiencia de seguimiento de Jesucristo. El grupo fue internacional, rico, culturalmente diverso, esencialmente comunicativo con Michelle de Canadá, con laicos y el Hno Mario de Huatusco (México), con educadores de Chile, Argentina y Uruguay. Gracias Josu por tu pasión por el seguimiento de Jesús al estilo menesiano.
Noticias - 13 de febrero de 2019 -
“Estar en medio de estos queridos niños, es habitar ya con los ángeles.” (Carta del 21 febrero 1835. ATC II p. 159)
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