Juan María nos decía a los Hermanos que uno no se hace Hermano para sí mismo, sino para los demás. Dejemos que los testimonios que siguen nos lo aclaren.
A la pregunta, qué significado tiene para una familia que uno de sus miembros haya decidido ser HERMANO MENESIANO, uno de los hermanos de Juan Alberto, Matías, lo comparte con nosotros, a través de esta carta que nos deja la impresión de estar TOCANDO TIERRA SANTA.
¡Gracias Matías por abrir tu corazón!
¡Gracias Juan Alberto por compartir tu vida con nosotros!
Carrodilla 10 de junio del 2009
Querido hermano
Esto quería comentarlo hace mucho tiempo y nunca se me había dado la oportunidad. Y que mejor manera que hacerlo por este medio que me resulta, ¡tal vez!, más expresivo.
Nosotros, (por contar un poco nuestra vida), somos siete hermanos: todos varones. Nuestros padres nos pudieron enviar, a los tres más grandes, a un colegio religioso llamado San Pablo. Fue ahí donde conocimos a los Hermanos Menesianos. Nuestra infancia fue muy buena. Como todo niño tuvimos cosas buenas y malas, pero el final siempre bueno.
Estando casi por terminar la primaria, Juan Alberto (que es mi hermano mayor) tomó una decisión que para él iba a ser muy importante el resto de su vida: ir al Seminario en Córdoba porque deseaba ser Hermano Menesiano. Decisión importante, pero un poco dura para la familia ya que se lo iba a extrañar mucho. Porque de chico tuvo ese don especial para ver las cosas. Y bueno así comenzó la etapa de tener un hermano que, con el tiempo y todo gracias al Señor, cumplió su objetivo y recibió los primeros votos como Hermano Menesiano.
Como en toda familia el tiempo pasa y suceden cosas. Una de las más dolorosas que hemos pasado como familia fue la separación de nuestros padres. Durante mucho tiempo la unión de la familia era especial y los famosos asados del domingo se cumplían a raja tabla. Pero bueno eso eran otros tiempos. Debido a la separación de nuestros padres pasaron cosas increíbles; y realmente les cuento que si no hubiera estado mi hermano mayor Juan Alberto no se que hubiese pasado. Mi madre sufriendo por el dolor de la separación; mis hermanos más chicos totalmente a la deriva de la vida; la familia desunida totalmente y, para colmo de todo, a nuestra madre se le presenta un tumor que estudiándolo es cáncer de mamas.
Recuerdo el día donde el médico nos comenta la situación y nos dice que si el tumor se había ramificado la situación era irreversible. En ese momento las cosas se derrumbaban de a pedazos. Pero fue ese gran día donde Juan Alberto nos reunió a todos en casa de nuestra madre. Y comenzamos haciendo un retiro que fue uno de los mejores, por no decirles que el mejor, que he vivido. Cada uno tenía que hacer reflexión de su vida. Y luego explicarles a nuestros hermanos más chicos que la situación con mamá no era favorable, y que teníamos que disfrutarla al máximo. Ese día, ante todo nos pidió más unión y mucho rezo.
Sé que también hubo mucha ayuda de gente que nosotros conocíamos; pero junto a la gran cadena de oración y la fe que Juan nos inspiraba llego el día de la operación. Y, aunque no lo crean, gracias a mi hermano, a los Hermanos Menesianos, a Jesús, a mi familia y a toda esa gente que no conocemos mi madre salió adelante y hoy se encuentra muy bien. Con esta situación me pude dar cuenta lo que es tener un Hermano Menesiano en la familia: es un sostén que uno tiene que agradecer.
Después de toda la situación mi esposa y yo, junto con nuestros hijos, tomamos una decisión: entregar nuestro matrimonio en manos de Dios. Y precisamente, en familia, pudimos hacer algo tan bonito como el sagrado matrimonio. Lo curioso de todo esto es que mi hermano mayor Juan Alberto fue el que nos dictó los cursillos de matrimonio ¡¡¡lo que son las cosas del destino no!!!!!
Bueno esta es un poco la historia de la familia Rodríguez. Esta familia que agradece de todo corazón poder tener un miembro que sea Menesiano, en este caso, el Hº Juan Alberto. Juan Alberto ¡¡¡gracias por ser parte de esta humilde familia!!! Mucha fuerza y suerte en tu camino. Te queremos. Cuidate. Tu hermano
Leonardo Matías Rodríguez y familia
P.D. Nos debemos un asado, ¿te acordás? En familia te estamos esperando
Profesión religiosa, Vocacional - 13 de junio de 2009 -
“Que cada uno se sienta feliz con la alegría de los demás y sufra con sus penas.” (Regla de 1835)
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